Los gatitos no son capaces de regular su temperatura por ellos mismos hasta que llegan a las siete u ocho semanas de vida. Por eso es importante mantener una temperatura de al menos 30-32 ºC en la primera semana de vida, reduciéndose progresivamente hasta los 21-24 ºC hasta que consigan termoregularse.


Otro aspecto a tener en cuenta, si no están con la madre, es estimular la zona anogenital después de cada comida para favorecer que hagan sus necesidades, ya que aún no lo pueden hacer por ellos mismos.

Además de estos dos aspectos clave, se debe mantener al gatito en un lugar seguro, protegido, con control diario del peso y siendo observado para detectar alguna anomalía.


Nos encanta cuidar y proteger a los Gatitos, los cuales necesitan cuidados desde temprana edad