A partir de los veinte días de vida, comienzan a erupcionar los dientes de leche de los gatos. De forma innata los gatos tienen tendencia a agarrar con las uñas y morder los objetos cuando juegan, y las manos humanas no iban a ser menos.


La mejor manera de enseñar a un gato a que no nos muerda o arañe es dejar de jugar inmediatamente cuando realiza esta acción, a la vez que nos mostrarnos doloridos. De esta manera relacionará finalizando el fin del juego. Nunca debemos gritarle, ni empujarle y mucho menos levantarle la mano, eso solo hará que nos tema y no se nos quiera acercar.

En ocasiones la responsabilidad no es solo del felino, sino de nosotros. Es importante no provocar al gato, es decir, no molestarle cuando está descansando o cuando muestra señales de no ser receptivo a ningún tipo de acercamiento. Si forzamos un contacto no deseado, el gato mostrará señales de agresividad.

Tampoco es buena idea jugar con él con nuestras manos, pues la verán como presa y se lanzarán a ella. Es su naturaleza y no podemos luchar ante eso.

En cambio, debemos enseñarle qué es lo que puede morder y arañar sin problema. Estos objetos son los juguetes, que a la vez satisfarán su instinto cazador y favorecerán su salud y correcto desarrollo cuando desde que son pequeños.


Nos encanta cuidar y proteger a los Gatitos, los cuales necesitan cuidados desde temprana edad