Mantiene al felino activo, previniendo el sobrepeso y la obesidad.
Mejora su estado de ánimo y estrés.
Le permite desarrollar su instinto depredador.
Ayuda a establecer un fuerte lazo entre el gato y el cuidador.
Un juego que se convirtió en última tendencia fue los láseres. Hay que tener en cuenta que si se usan, se debe terminar el juego con un juguete para atrapar o con comida, ya que si no les puede frustrar si no consiguen “cazar” lo que están depredando.
Los gatos comienzan a interesarse por el juego a las tres semanas de vida, siendo máximo a las 12 semanas y fundamental para su correcto desarrollo. Los gatitos que no han jugado con sus hermanos u otros gatos cuando son pequeños, son mucho más propensos a desarrollar agresividad, miedo, marcaje inadecuado y destruir objetos que un gato habituado con una rutina de juego.
Nos encanta cuidar y proteger a los Gatitos, los cuales necesitan cuidados desde temprana edad
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